domingo, febrero 26, 2006

Cuando llegue...

No, no quiero que preguntes,
ni que hables aún,
déjame encontrarte
suavemente rodearte
y presionarte fuerte contra mi pecho
déjame liberar algunos suspiros
a manera de bienvenida
de aquellas mas de ciento cincuenta pulsaciónes
a que llegará el bombeo de este corazón.
Ahora dejame mirarte a los ojos,
no me voy a molestar por que bajes la mirada
ni porque a manera
de fuga de timidez -o algo asi-
dejes que las comisuras de tus labios
se acompañen en un tierno y casi imperceptible
movimiento lineal haciendo que tus mejillas
parezcan aun mas redondas
y asi se aproximen mas a mi...
No, aun no digas nada,
este momento no puede ser eterno
-luego buscaremos los porqués-
solo quedate inmovil.
Permite que acerque mis labios a los tuyos
y sin rozarlos diga algo quiza poco conveniente
-no te preocupes, es normal-
ahora te acaricio las mejillas,
recorro el dibujo de tu cara
hasta detras de tus orejas,
aguarda callada -luego habrá tiempo para hablar-
dame el tiempo para decidirme -por fin- a besarte
y despertar de tanta pesadilla y tanta mierda...