Amiga

a Lucía,

Combatiente de primera línea

en lo que es "defender la alegría

como una trinchera"

Amiga quien creería
tu flor de primavera,
Amiga que te espera
el amanecer de la vida;
Amiga tu sonrisa
proteje mi trinchera,
Amiga pues, de veras,
me bajas de la cornisa.
Amiga puño y tiza,
y Amiga militante,
Amiga, estudiante,
y profeta de la brisa.
Amiga, que te debo
lo que no he de pagarte,
pues no hay medida ni arte
para decirte te quiero.

Para no ser una baja sin combate

El tiempo pasa, pasó y seguirá pasando;
y sin darme cuenta
como ni cuando
fue una primavera clandestina,
disfrazada,
de guiños,
llamadas,
mis manos
escribieron un poema
e intentaron cantarte.
El tiempo pasa, pasó y seguirá pasando;
y sin darme cuenta
como ni cuando
la clandestinidad antioperativa
estallo,
al aire,
disfrazada de legalidad,
en tiempos duros,
imprecisos,
etéreos cuales otros,
eternos como pocos;
y acostumbrome a besar
tus escupidas,
abrazar los empujones,
lágrimas vertidas para aceitar
un corazón
oxidado
terminaron por ahogar esta costumbre,
de buscarte
-donde no estas-
de encontrarte
-donde no quiero-.
El tiempo pasa, pasó y seguirá pasando;
y sin darme como
cuando ni cuenta,
di el portazo de entrada
y
aquí
estoy
asegurando una puerta
abierta,
ninguneando la vereda,
recordándome
olvidarte
o
esforzando tamaña empresa.
El tiempo pasa, pasó y seguirá pasando;
y
el portazo
no
será
vencido
fácilmente;
No tengo pasta de poeta, pero para ser claros, si quieres pasar, y que te acompañe a andar un tramo contigo, pues pasa sin llamar a la puerta.
(Esto no es táctica, ni estrategia, solo es huir de la derrota, para no ser una baja sin combate).