A Mariana de Selva
Hoy te vi.
No llegaste a darte cuenta que
parada en un pedestal de belleza
me mirabas, o bien
apuntabas esos ojos
de mirada
discreta
joven
pura
valiente
hacia algún punto de fuga
cercano a mi.
Hoy te vi
y no creía que me permitirías
la osadía de acariciar tu mejilla,
entregándola hasta el cuello,
y colmándola en sonrisa.
Hoy te vi
y
no pensé en Mariana,
ni en Selva…
Y volví en un suave caminar
a imaginar
a figurarme
que una joven quizá me envuelva.
No hoy,
ni mañana,
sino en ese tiempo tan ajeno
como propio que es el tal vez…
Hoy te vi,
te pensé, no mucho, pero lo hice…
me lleve tu sonrisa,
tu mirada
tu mejilla en mi palma,
y sin compartírtelo, te hice mía un instante.
Hoy te vi,
y te quise un poco mas.