Este es un homenaje a Soledad Barret que desde Versos Sinsillas nos sentimos obligados a realizar, como tantos homenajes que debemos, cumpliendo este, cumplimos parte y así creemos homenajear en ella a tantas y tantos combatientes revolucionarios, guerreros de la vida, quienes defendieron al pueblo, su rosa y su belleza, con su propia vida, y en eso se les fue la vida.
Jorge R.
“(...) hay que elegir con decisión porque hay dos vidas
y dos muertes posibles y porque hay diferentes maneras de pudrirse.
Y ustedes sin quererlo ayudan a elegir en todo el mundo (...).”
Idea Vilariño Rubén Olivera
Soledad, revolucionaria y compatriota, nieta de Rafael Barret “Gritá ¡Viva Hitler!” “¡Muera Hitler!”, gritó la muchacha. “Gritá ¡Muera Fidel!” “¡Viva Fidel y la revolución cubana!”, respondió. A Soledad Barret, paraguaya de 16 años, la secuestraron en Montevideo en 1961 con algunos de los procedimientos que después serían habituales: se apagó la luz, la arrastraron del pelo, la encapucharon y la metieron en un auto. Como no lograron que gritara lo que ordenaban, le tatuaron esvásticas en los muslos con una hoja de afeitar y la tiraron a la calle. En un triste laberinto de opuestos, Soledad muere asesinada en Brasil a partir de la delación de quien fuera su pareja, José Anselmo dos Santos, el “cabo” Anselmo, infiltrado de los servicios policiales en los grupos de izquierda que luchaban contra la dictadura.
SOLEDAD BARRET - Daniel Viglietti(A la combatiente internacionalista Soledad Barret Viedma,
de origen paraguayo, asesinada en Paulista, Brasil,
el 8 de enero de 1973)
La duda lleva mi mano hasta la guitarra,mi vida entera no alcanza para creerque puedan cerrar lo limpio de tu mirada;no existe tormenta ni nube de sangre que puedan borrartu clara señal.La soledad de mi mano se da con otrasbuscando dejar lo suyo por los demás,que a mano herida que suelta sus armamentoshay que enamorarla con la mía o todas que los van a alzar,que los van a alzar.Una cosa aprendí junto a Soledad:que el llanto hay que empuñarlo, darlo a cantar.Caliente enero, Recife, silencio ciego,las cuerdas hasta olvidaron el guaraní,el que siempre pronunciabas en tus caminosde muchacha andante, sembrando justicia donde no la hay,donde no la hay.Otra cosa aprendí con Soledad:que la patria no es un solo lugar.Cual el libertario abuelo del Paraguaycreciendo buscó su senda, y el Uruguayno olvida la marca dulce de su pisadacuando busca el norte, el norte Brasil, para combatir,para combatir.Una tercera cosa nos enseñó:lo que no logre uno ya lo harán dos.En algún sitio del viento o de la verdadestá con su sueño entero la Soledad.No quiere palabras largas ni aniversarios;su día es el día en que todos digan,armas en la mano: "Patria, rojaijú"(rojaijú en guaraní significa: te quiero)MUERTE DE SOLEDAD BARRETT - Mario BenedettiViviste aquí por meses o por añostrazaste aquí una recta de melancolíaque atravesó las vidas y las calleshace diez años tu adolescencia fue noticiate tajearon los muslos porque no quisistegritar viva hitier ni abajo fideleran otros tiempos y otros escuadronespero aquellos tatuajes llenaron de asombroa cierto uruguay que vivía en la lunay claro entonces no podías saberque de algún modo erasla prehistoria de iberoahora acribillaron en recifetus veintisiete añosde amor templado y pena clandestinaquizá nunca se sepa cómo ni por quélos cables dicen que te resististey no habrá más remedio que creerloporque lo cierto es que te resistíascon sólo colocárteles en frentesólo mirarlossólo sonreírsólo cantar cielitos cara al cielocon tu imagen seguracon tu pinta muchachapudiste ser modeloactrizmiss paraguaycarátulaalmanaquequién sabe cuántas cosaspero el abuelo rafael el viejo anarcote tironeaba fuertemente la sangrey vos sentías callada esos tironessoledad no viviste en soledadpor eso tu vida no se borrasimplemente se colma de señalessoledad no moriste en soledadpor eso tu muerte no se llorasimplemente la izamos en el airedesde ahora la nostalgia seráun viento fiel que hará flamear tu muertepara que así aparezcan ejemplares y nítidaslas franjas de tu vidaignoro si estaríasde minifalda o quizá de vaqueroscuando la ráfaga de pernambucoacabó con tus sueños completospor lo menos no habrá sido fácilcerrar tus grandes ojos clarostus ojos donde la mejor violenciase permitía razonables treguaspara volverse increíble bondady aunque por fin los hayan clausuradoes probable que aún sigas mirandosoledad compatriota de tres o cuatro pueblosel limpio futuro por el que vivíasy por el que nunca te negaste a morir.