domingo, febrero 26, 2006

Cuando llegue...

No, no quiero que preguntes,
ni que hables aún,
déjame encontrarte
suavemente rodearte
y presionarte fuerte contra mi pecho
déjame liberar algunos suspiros
a manera de bienvenida
de aquellas mas de ciento cincuenta pulsaciónes
a que llegará el bombeo de este corazón.
Ahora dejame mirarte a los ojos,
no me voy a molestar por que bajes la mirada
ni porque a manera
de fuga de timidez -o algo asi-
dejes que las comisuras de tus labios
se acompañen en un tierno y casi imperceptible
movimiento lineal haciendo que tus mejillas
parezcan aun mas redondas
y asi se aproximen mas a mi...
No, aun no digas nada,
este momento no puede ser eterno
-luego buscaremos los porqués-
solo quedate inmovil.
Permite que acerque mis labios a los tuyos
y sin rozarlos diga algo quiza poco conveniente
-no te preocupes, es normal-
ahora te acaricio las mejillas,
recorro el dibujo de tu cara
hasta detras de tus orejas,
aguarda callada -luego habrá tiempo para hablar-
dame el tiempo para decidirme -por fin- a besarte
y despertar de tanta pesadilla y tanta mierda...

sábado, febrero 04, 2006

¿Socialismo? por Pompeyo Gener

Barcelona, 1893
Pompeyo Gener
¿Socialismo?
La tendencia a la cual corresponde el Socialismo, es la verdadera;
los medios que se proponen para resolver el problema son erróneos.
La solución del problema vendrá por donde menos se espera
E. Renan


¿Es el Socialismo consecuencia lógica del espíritu moderno, el fin a que tienden todos los esfuerzos y todas las actividades verdaderamente pensadoras desde que se proclamó la libertad y la igualdad, esas dos concepciones metafísicas rusonianas de los legisladores del 93?
Si, si se atiende al espíritu, al sentido profundo de lo que la palabra socialismo significa.
No, si se atiende a la definición antigua y estricta de la palabra. Socialismo significaba predominio absoluto de la sociedad sobre el individuo; el derecho incondicional y permanente de la sociedad para administrar, regir, y aun amoldar el individuo a lo que a ella se le antojara. Esto, que es la más grande de las tiranías y la mayor de las utopías, hoy día lo rechazan los pensadores y las masas de consuno (adv. Juntamente, en unión, de común acuerdo, N. de Jorge R.), porque sería volver a los conventos, a la sopa negra de Esparta, al régimen de los cuarteles. Es tan utópico como aquel individualismo absoluto, soñado por los sociólogos ingleses, en que el individuo tenía todos los derechos incluso el de fastidiar al prójimo, o el egoísmo puro individual sobre el que Max Stirner funda su Filosofía.
Todos estos errores vienen de la psicología antigua que aun conservan el común de las gentes que de la cosa pública se ocupan. Nada peor ni más falso que esa lógica matemática, mecánica exacta, en el sentido literal de la palabra, que se ha querido aplicar al Hombre y a sus agrupaciones superorgánicas, como si el funcionalismo anímico humano fuera simple y geométrico como una cristalización, recto y sencillo como la caída de un cuerpo en el espacio.
"O la Sociedad es superior al individuo, o el individuo es superior a la Sociedad." Este es el dilema simple que se han puesto los políticos, dilema que es una imbecilidad de tamaño natural. Es como decir: o blanco o negro, como si no hubiera tono intermedios en intensidad y en color, efecto de la descomposición de la luz por el prisma.
Si el individuo fuera absolutamente perfecto, el individualismo inglés tendría razón, y lo lógico sería la Anarquia, no como la sueñan los anárquicos de hoy, sino absoluta, es decir, sin acción colectiva de ningún género sobre ninguno de los seres humanos; sin jueces, sin guardias, sin mayordomos, sin directores de taller, sin presidentes, sin arquitectos, sin estratégicos, sin ingenieros, sin nada ni nadie que imperara en lo más mínimo. Pero como no lo es, se sueña sólo, y con razón, con una cierta anarquía relativa, es decir, con la abolición de la máquina política y gubernamental; pero se desea de la colectividad que haga EN PRO DE TODOS LOS INDIVIDUOS todo aquello que éstos no pueden obtener por sí solos, y que si obtendrán, no en virtud de ningún Estado, sino por la mera convergencia de sus energías. Asi es que los pensadores modernos, ante las antiguas clasificaciones o encajonamientos, presentan la falta de lógica de ser socialistas e individualistas, a la vez, y tienen razón en serlo.
Los sistemas son para los Hombres, y no estos para los sistemas, como se ha creído en Alemania en general. Si un sistema, afuera de ser lógico, es contrario a la Humanidad, vale más apartarse de él, o rechazarlo por completo, y esto es lo que pasa con el socialismo sistemático, que dando como principio la superioridad, y por tanto, el derecho de intervención del Estado, lo hace intervenir en todo, sin ver que lo natural es tan solo que la colectividad intervenga solo en pro, no de sí misma, sino del propio individuo en aquello que él no se baste. En lo que es antihumano no hay derecho de intervención, y ésta disminuye a medida que el individuo avanza y es más potente.
El Estado, o la colectividad, no puede exigir el sacrificio del individuo en su favor, nunca; solo algunas veces en favor de los demás, lo cual no es lo mismo. Así a la luz de este criterio, comparecen absurdas las religiones de Estado, las doctrinas oficiales, y aún las teorías de la mayor parte de los socialistas alemanes.
El fin de la Humanidad y por tanto el ideal de la colectividad, debe de ser el de realizar la más alta suma de cultura humana en todos los ramos de la actividad natural, en una palabra, el mayor grado de exaltación de todos los funcionamientos superiores que son en el Hombre. Y esta cultura, así como debe de ser lo más intensa concebible, debe de ser al mismo tiempo lo mas extensa que se pueda. Por tanto, esta cultura sería inútil si se hallara reducida a un pequeño número o fuese estancada en favor de una clase, de una raza, de una secta, de una casta, etc., etc. El verdadero ideal de la Humanidad no se habrá realizado mientras que todos los Hombres no participen de esta perfección.
(Comparese y complementese el humanismo socialista en P. Gener con la ética kantiana, Kant desarrolla que los requerimientos morales se basan en un estándar de racionalidad al que denominó “imperativo categórico”. “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”; Nota de Jorge R.)
¿Qué ha de procurar la sociedad al individuo? ¿En qué somos socialistas?
Todo Hombre tiene un derecho fundamental de todos los demas, y esta teoría la hemos sostenido en varios trabajos. Este derecho es el DERECHO A LA EVOLUCIÓN de todos sus gérmenes vitales ascendentes, de todo cuanto traiga en su organizmo que tienda al creicimiento de la Vida. La Sociedad, pues, le debe, desde que nace, los medios de desarrollo de todas sus aptitudes intelectuales, morales y afectivas. (El subrayado es nuestro, Jorge R.)
La Sociedad le debe a su alma lo que la madre al cuerpo: el primer alimento. La madre le da el alimento primordial, que es la leche; la sociedad debe de dárselo con la instrucción adecuada para el desarrollo de todas sus actividades vitales superiores. Y así todos podran partir de un fondo igual, y asimilarse lo que sus cualidades les permitan, para llegar a distintas alturas, en diversos planos, y con direcciones diversas.
Y como esta perfección intelectual y afectiva no puede subsistir sin un cierto bien estar material, la Sociedad le debe al Hombre la Justicia, es decir, la garantía de que se le dará íntegra la equivalencia de lo que produzca, sin que nadie tenga el derecho de detentárselo bajo ningún pretexto. Este atentado al valor de la producción individual es el ataque mas feroz que se pueda cometer contra la misma propiedad que de justicia existe, y ésta se la debe de garantizar la colectividad. Hoy día, bajo mil pretextos, el que produce con su esfuerzo, mas o menos intelectual, mas o menos muscular, es explotado, expoliado, robado por lo que a sus expensas se mantienen y aun acumulan riquezas, gentes que el Estado protege en sus agios y que la opinión pública considera como honradas. Esto es lo que ha de desaparecer, esto es lo que motiva los movimientos majestuosos de la masa trabajadora en el 1º de Mayo, la única que tiene el verdadero sentido de la Justicia.


La sociedad o la colectividad le debe al Hombre la posibilidad de la Vida en toda su extensión y con toda su intensidad. Y no entendemos por este derecho a la Vida el mal entendido derecho al trabajo, al que se trató de dar fórmula práctica el 48 con la utopía de los talleres nacionales (P. Gener se refiere a las revoluciones burguesas de 1848, y los talleres nacionales que fueron resultado de esa lucha y negociación, donde se conviertió la insurrecion obrera en -una vez mas- una evolucion o reforma mas de la revolucion burguesa comenzada en 1789. Nota de Jorge R.); ni el derecho a unos míseros bocados de pan; nada de esto. El derecho a la Vida, que proclamamos, es el derecho a la evolución de todos nuestros principios vitales en la proporción en que cada uno los tenga. Y a cambio de ello el Hombre le debe sacrificar sus actividades, su vida, a la colectividad.
Nada más sujeto a disputas, y hasta a desastres, que esos nombres que cual etiquetas marcan de una manera absoluta y definitiva los sistemas en las Academias sociales. Los verdaderos filósofos no aceptan nunca ninguno de estos nombres, pues que un nombre es un límite. Asi, por lo que al socialismo toca, hacemos constar, como lógico, que no puede ser tomado e impuesto como un sistema en que la sociedad o el Estado sea omnipotente, teniendo derechos absolutos que prevalezcan sobre el individuo siempre y en todo. El movimiento moderno de emancipación, comprendido entre dos nombres tan diferentes como los de SOCIALISMO y de ANARQUIA, nace de fuentes que nadie podrá estruncar, nace de la necesidad que tiene la Humanidad de organizarse con arreglo a la Justicia. Que para ello predomine la colectividad en un momento, o se supedite en otro, eso es secundario: la cuestión es el fin, y este es el desarrollo integral de las facultades de cada uno, y la seguridad de percibir el equivalente de lo que produce. Llámese a esto Socialismo o Libertarismo, el nombre es indiferente, pero la cosa no; y esto es lo que ha de ser y será.
Lo que constituye la fuerza del socialismo es que es el resultado de la tendencia más legítima del espíritu moderno, y, en el fondo, es todo su desarrollo. La obra empezada ya en Provenza y Cataluña en los siglos XII, XIII y XIV, y continuada luego por el Renacimiento, en el orden literario, científico, artístico y político, se resume en lo que podríamos llamar la exaltación creciente de la persona humana. Esto ha producido diversos movimientos: el de reivindicación de los derechos de la conciencia, el de reivindicación de los derechos de todas las manifestaciones externas, comprendidos con el nombre de libertad. Pues bien: aun no se han reivindicado los derechos de la inteligencia y del sentimiento, ni los de la propiedad. No hay más propiedad que la que nace de lo que uno produce, y esto nos es robado, con una sabia organización de la burguesía, bajo la protección de las leyes, y de una manera inconsciente la mayor parte de las veces por parte de los que nos roban, los cuales se figuran pertenecerles de derecho lo que no les pertenece.
Todo comerciante se creerá que legítimamente le pertenece la diferencia que va del valor real de una cosa al valor exiguo por el cual él la adquirió gracias a las condiciones premiosas en que se hallaba el que la produjo. Ninguno verá en ello un robo, un crimen, y no obstante lo es. Todo lo que sea cobrar sobre un objeto más de lo que representa el esfuerzo que el comerciante hace en procurar el cambio, robo es; y, no obstante, este robo legal es la base de la mayoría de las actuales fortunas.
El problema no deja de ofrecer grandes dificultades. De una parte hay que conservar todas las conquistas de la civilización, y por otra hay que hacer participar a todos, en la proporción que con su trabajo obtengan, de estas mismas conquistas.
La solución que se impone cada día de una manera mas imperiosa, tendrá que apoyarse en dos extremos: en la mecánica, que cada día emancipará al Hombre más y más de las fatigas materiales; y en el capital colectivo, junto con los grandes medios de trabajo.
Hoy por hoy la mecánica lo que hace es sumir un sin fin de obreros en la miseria. Ahorrando trabajo ahorran manos a los grandes explotadores, y asi las máquinas sólo sirven de instrumento de ganancia particular y de embrutecimiento de la masa. No será así cuando sean de todos, peus entonces producirán un verdadero ahorro de gasto de energías, y por tanto un descanso y economía de fuerzas que podrán dedicarse al desarrollo intelectual y afectivo.
En cuanto a la organización del capital (lo tenemos dicho en otro artículo), éste será por el estilo de las grandes compañías por acciones o de las grandes cooperativas. Hace sesenta años, los que afirmaban que se podían hacer grandes cosas con la convergencia de pequeñísimos capitales, eran tratados de utopístas. Fourier, Saint-Simon, Proudhon, han dado lugar a las grandes compañías, a las Exposiciones Universales y a otras maravillas de la asociación.
Asi no nos preocupa la nueva organización. Ella saldrá, y será con arreglo a justicia, obteniendo cada uno en proporción de lo que haga. Al principio podrá ser algo defectuosa; pero se perfeccionará, pues los intereses de la Humanidad toda entera están en ella.
¿Cómo se obtendrá? Lo ignoramos. Sólo sabemos que se obtendrá: esto nos vasta. (Notese la influencia de la epoca, Pompeyo Gener (1848-1920) escribe a fines del siglo XIX y principios del XX, en medio del climax del positivismo, en estos momentos abundaba en Europa la vision de la II Internacional, de que se avanzaba pacíficamente hacia el socialismo, el capitalismo moria de a poco solo por sus propias contradicciones, etc, etc,... la tan mentada teoria de la inevitabilidad de la revolucion socialista, hoy se sabe por puro análisis histórico que nada se cae si no hay quien lo tire, y que el capitalismo no muere de muerte natural sino que es asesinado por sus sepulteros, a saber: los proletarios; ver: Manifiesto Comunista, Karl Marx & Friedrich Engels, escrito antes que nazca Pompeyo Gener pero olvidado durante el período de 1874 aproximadamente hasta 1905 por el proletariado internacional, en 1905 es retomado por el proletariado ruso. Nota de Jorge R.)
Un país (y esto cada vez más), cuanto más civilizado está, menos es en él el interes del capital. La renta viene más gravada, y asi el que trabaja lo es todo, y el ocioso es casi nada.(El capital comenzaba a fugarse a las colonias y paises menos desarrollados, principio del imperialismo económico; ver: Imperialismo: etapa superior del capitalismo, por V. I. Lenin. Nota de Jorge R.) Pues a la supresión de la renta, del interés y de la herencia, es decir, a la abolición del ocioso que vive sobre todos los demas, es a lo que deben de tender todas las leyes y todos los esfuerzos, y a la exaltación del que produce, a la dignificación del trabajo inteligente, superior.
En la época actual estamos en un equilibrio inestable. Obtener el reposo, un equilibrio estable, es imposible hasta que este gran problema este resuelto. Sólo los hombres de partido creen hallar solución a ese conflicto, sin resolver el gran problema.
Los unos proclaman la fuerza, los otros la libertad. Así para los primeros lo que abordan problemas sociales son criminales o locos. Y, no obstante, de Espartaco a Juan de Leyden y de éste a Bakounine, (se refiere a Bakunin (1814-1876), anarquista ruso contemporáneo de Marx. Es posiblemente el más conocido de la primera generación de filósofos anarquistas. Se le considera uno de los "padres del anarquismo". Perteneció a la francmasonería. Nota de Jorge R.) los que han visto el fondo de las cosas son los que han intentado resolver el problema social. Toda revolución política ha creado un orden social nuevo. Sólo la Revolucion del 93 ha dejado subsistir el antiguo; pero lo que ha de ser será, y de aquellos principios proclamados por la constituyente francesa los que sean vitales producirán por la misma lógica de las cosas el nuevo orden social que ha de venir a regirnos.
Es necesario que aquí hagamos notar una cosa, y es que, mientras el capital pueda acumularse en pocas manos, por un mal entendido principio de libertad individual los Estados están perdidos, o mejor, en ellos el Hombre será victima de la esclavitud y la miseria.
Todos los períodos que han precedido al hundimiento de las sociedades han presentado este fenómeno. El Estado se ha vuelto venal. El pobre, desesperado, ha odiado la Ley, de la misma manera que el rico opulento se ha burlado de ella.
Esparta sucumbió cuando todo el territorio estuvo en manos de cien familias. Roma cayó cuando hubo millones de proletarios enfrente de unos miles de propietarios que disponían de riquezas tan considerables que, como cuenta Craso, cada rico podía levantar y mantener un ejército.
En la Italia del Renacimiento pasó lo mismo. La libertad del Pueblo fué destruída por la oligarquía del dinero y por la indigencia del proletariado. En Florencia el banquero mas rico acabo por llegar al poder absoluto, al tiempo que en Génova la Banca de San Jorge se tragó el Estado.
No es que queramos indicar que las grandes acumulaciones del capital no sean beneficiosas, pero no perteneciendo a unos pocos. O el capital ha de pertenecer a todos, por la asociación, como ya hemos dicho, o se han de suprimir los medios de concentrarlo en pocas manos, y favorecer los medios de su división, al par que los de su acrecentamiento. Estas son las lineaciones bajo las cuales creemos que en el porvenir se resolverá el problema. (Se nota claramente la mezcla de socialismo cientifico y utópico en Pompeyo Gener, es utópico pensar en metodos de división del capital cuando el Estado es manejado por la propia burguesía absolutista, a contramano va la posición Marxista Leninista de toma del poder de manera violenta por parte de los trabajadores, con el fundamento historico de que nunca la clase dominante va a renunciar a su dominación, y con la triste pero irrefutable verdad de que hasta hoy la violencia ha sido la partera de la historia. Nota de Jorge R.)
FIN

viernes, febrero 03, 2006

Elogio del estudio


Aprende lo más simple.
¡Nunca es tarde para aquellos
cuyo tiempo ha llegado!
Aprende el alfabeto. No alcanza
¡pero apréndelo! No te desanimes.
¡Empieza ya! ¡Debes saberlo todo!
Prepárate para gobernar.

Aprende, marginado, hombre del campo,
aprende, ocupante de la cárcel,
aprende, mujer atada a la cocina,
¡aprende, sexagenaria!
Prepárate para gobernar.
Ven a la escuela, hombre sin techo.
El saber es para tí que tiene frío.
Hambriento: toma con fuerza el libro: es un arma.
Prepárate para gobernar.

¡No temas preguntar las cosas, camarada!
No te dejes influenciar,
averigua tu mismo.
Lo que no sabes por tu cuenta propia
no lo sabes
Revisa la cuenta,
eres tú quien la paga.
Pon el dedo sobre cada cifra.
Pregunta: ¿Cómo llegó hasta aquí?
Prepárate para Gobernar.

Bertold Brecht