lunes, octubre 09, 2006

A 39 años de su caida en combate, el Guerrillero Heroico tiene mas vigencia que nunca.

"La real capacidad de un revolucionario se mide en el saber encontrar tácticas revolucionarias adecuadas en cada cambio de la situación, en tener presente todas las tácticas y en explotarlas al máximo. Sería un error imperdonable desestimar el provecho que puede obtener el programa revolucionario de un proceso electoral dado, del mismo modo que sería imperdonable limitarse, tan solo, a lo electoral y no ver los otros medios de lucha armada para obtener el poder, instrumento indispensable para aplicar y desarrollar el programa revolucionario. Si no se alcanza el poder, todas las demás son inestables, insuficientes, incapaces de dar las soluciones que se necesitan por más avanzadas que puedan parecer.
Y cuando se habla del poder por vía electoral, nuestra pregunta es siempre la misma: si un movimiento popular ocupara el gobierno de un país por amplia votación popular, y resolviese, consecuentemente iniciar las grandes transformaciones sociales que constituyen el programa por el cual triunfó, ¿no entraría en conflicto inmediatamente con las clases reaccionarias de ese país?, ¿no ha sido siempre el ejército el instrumento de la opresión? Si es así, es lógico razonar que ese ejército tomará partido por su clase y entrará en conflicto con el gobierno constituido. Ese gobierno puede ser derribado mediante un golpe de Estado más o menos incruento y volver a empezar el juego de nunca acabar (...)"

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